TENORES DE ALCA LÁ
La
voz de tenor ha sido siempre la voz cantante, mientras que la voz de
bajo ofrece el contraste, el contrapunto. En una masa coral ambas
cuerdas se necesitan. Hubo un tiempo en que al Orfeón Complutense de
Juventudes Musicales le faltaban tenores, sin embargo poseía un gran
plantel de bajos; por el contrario, la Schola Cantorum
de Alcalá de Henares de aquellos viejos tiempos, a su lírica cuerda de
tenores se le oponía un reducido grupo de bajos más atemperado. Ambos
directores debían poner sordina al grupo fuerte e insuflar al débil.
Tenores
los hay excelentes en Alcalá. Tenemos a los ‘scholanos’ Anchón,
Fontecha y ‘el Peque’, tenemos a Antonio Cerezo, el primero que grabó
con su rondalla el pasacalles ‘Alcalá de Henares’, y también Carlos
Prieto, un alcalaíno que integra los coros de RTVE. ETC.
Muchos
tenores, pero, sin embargo, en el ayuntamiento de Alcalá no hay
tenores. No los hay. Tengo para mí que la voz cantante la ha tenido
siempre la derecha, y no simplemente por una mayor detentación del poder
en la historia, sino porque su cadencia melódica es más fácil, de línea
más uniforme: familia, ahorro, empresa, OTAN, obligaciones… Por el
contrario, la izquierda pone el acento en los derechos y
reivindicaciones, y, muchas veces, por simple necesidad de contrapunto,
de técnicas asonantes o disonantes, su solfa es esta: divorcio, aborto,
huelga, expropiación, anti-OTAN…
Grandes
tenores son Fraga y Vestrynge; grandes bajos, en cambio, son Carrillo y
Gerardo Iglesias. Esto nadie lo pone en duda. Y es que la derecha canta
en el registro de tenor, a lo Kraus, mientras que la izquierda canta en
el registro de bajo a lo Paco Rabal, Teófil Martínez, José Guardiola…
En principio no puede decirse que una tesitura sea mejor que otra. Hay
solamente personajes preferentes.
Porque
lo que aquí ocurre es que ya no hay solistas. En eso consiste la
democracia. La individualidad se difumina en beneficio del pueblo. Ahora
no se llevan los solistas y se canta en masa coral. La democracia es la
polifonía. En la historia universal de la música se ha culpado a los
tenores de su natural predisposición para interpretar “solos”. Pero no
son los únicos. El cantante bajo Fidel Castro viene ejecutando un “solo”
mucho más largo y sórdido que el del tenor Pinochet, pongo por caso. Los “solos” cuanto más largos más monocordes resultan.
El panorama polifónico complutense es amplio: la Agrupación coral instrumental de Juventudes Musicales, la Schola Cantorum, el grupo escolar de Mari Sol, el grupo Alborada… Pero los del ayuntamiento, que no, que no
les entra, que todavía no han aprendido que tenores y bajos se
necesitan recíprocamente. Se quedaron sin tenores y ahí les tienes
canturreando monocordemente en voz grave ellos solos. Así no puede ser,
no luce. No hay punto de referencia, no escuchan la melodía sobre la que
apoyarse. Y, claro, la eximia soprano doña Asela Sanz se las ve y se
las desea, entre tanto bajo, para imponer la melodía ella sola. En el
caso de los ediles cantores de Alcalá, un profesional que se precie de
serlo hubiera tirado ya la partitura hace tiempo. “O me ponen tenores o
no canto” así de sencillo.
TENORES DE MADRID
Los
tenores han sido siempre gente conformista, muy seguros de sí mismo,
quizás porque su línea interpretativa ha sido siempre discursiva,
narrativa, sin el esfuerzo que requiere el contrapunto, la dificultad de
los altos intervalos.
Pero
he aquí que el sábado pasado, día 5, los tenores madrileños se echaron a
la calle, eran cientos, miles, cientos de miles, subían Castellana
arriba cantando en la misma cuerda, doscientos mil quinientos tenores en
la calle, y tras del son grave que forman los que permiten cercenar el
asomo a la vida, que llaman despenalizar, ellos, los tenores, quinientas
mil voces interpretaron la más exquisita aria a la vida, una patética
balada a la libertad para nacer y la jocunda canción popular de “viva la
madre que sí me parió”.
TENORES DE EUROPA
Y
al día siguiente, primer domingo de marzo, los tenores de Europa,
legiones de legiones, tenores de Alemania, tenores de Francia, se
echaron a la calle para decir ‘no’ a un modelo de sociedad que los unos
han tenido ya tiempo de conocer durante su sometimiento, y que los
segundos no quieren seguir conociendomás porque desafinan.
Un
bajo profundo, Stalin, había dicho que “en Alemania no se podía hacer
la revolución porque estaba prohibido pisar la hierba”. A él le hubiera
gustado más la hierba del caballo de Atila, la que no vuelve a crecer.
Los tenores, según Stalin son los que no pisan la hierba.
Y
sin pisarla, los tenorinos europeos y modernos se van lentamente
acercando, ya vienen, menos mal. El Ayuntamiento de Alcalá tendrá en
breve tenores. Paradójicamente os lo dice un bajo que lo es.
José César Álvarez
Puerta de Madrid, 12.3.1983
No hay comentarios:
Publicar un comentario