lunes, 25 de septiembre de 2017




Romance de la Calle Mayor

     Desfiladero rocoso, soportaladas vertientes, galerías laterales donde se filtra la gente e inundan los días de ocio todo el cauce las corrientes. Fría y vieja judería de añosos pasos silentes, pasarela principal de la vida complutense, donde pasan y pasean los que un día ya no vuelven, donde tiendas y tenderos posan y desaparecen: cererías y carbones, piensos, espartos, cordeles, las máquinas de coser, ultramarinos, arenques, cromos, novelas, tebeos, el chicharro en escabeche y las chufas remojadas servidas con cubilete.



     La calle quedó cortada por avalancha imponente el día que Radio Álvarez puso en su luna la tele, y la era de la imagen se inauguraba con fiebre, entrando en crisis los versos que iban en los papeles. Un Saldaña es ferretero y otro textil de almacenes, un Calleja vende bicis y otro tornillos y muebles. Otro Calleja películas que en dos cartelas ofrece con las letras de Fresneda el cine grande y el peque.

    

      Museo de pendolistas. mausoleo de carteles, de oficios y mostradores que se van y que se vienen, de chatarra de monedas, reguero de toda especie de metales y de efigies que brillan y se oscurecen. Caras de toda la vida, como si el soportal fuesen,

día tras día en la médula, un día se desvanecen, mientras sólo el soportal se mantiene indeleble: alineación de columnas como formada en cuarteles, que, firmes durante siglos, ni descanso les conceden.



     
      Sicofonía de voces, mezcolanza del oyente, de pescaderos, casqueros y pregoneros que venden lana, canarios, mecheros, cebollas, melones, brécoles. “miel y nueces de la Alcarria” cantaba el Niño de Irueste entre cascos de caballos de los carros intendentes, y el ronquillo que vocea “los iguales de la suerte”, y la churrera temprana: “churros y porras calientes” y toca el Hospitalillo su campana más alegre, y el silbo de afiladores es partitura de intérprete. A la tarde cañamones, castañeras con sartenes, cucuruchos calentitos, heladeros otras veces. Ahora pasan nocherniegos, y un grito en la noche: “¡Pepeee!” responde “¡Sereno vaaa!”, viniendo el farol de frente. Por San Antón gruñen cerdos y un hombre con mandilete manda una banda de pavos, que agrupa muy diestramente, mientras los esquiladores, sus tijeras insistentes chascan hablando a las bestias como el barbero al cliente, donde el Buscón de Quevedo robó un cofín de pasteles y por la calle el Peligro perdió el culo el mozalbete, que un pícaro no lo es si le muelen a cachetes.



     A las boñigas equinas el Lancia bien las sucede y al tremolar los motores va al piso alto el tembleque, y el Ordinario reparte diariamente paquetes. El camión del pescado, mangarriega. tenderetes, Gigantes y cabezudos, teatro de tipos célebres. Todo pasa, pasan todos el soportal displicentes sin saber que los tamiza, los afila y palidece.



     La calle Mayor esconde el que era día solemne: Santas Formas Incorruptas con procesión que estremece, que duró tres siglos largos y hasta asistieron los reyes. Escucha el canto unísono que brota del pecho ardiente, oye el clarín, las cornetas, trompetas y clarinetes de Húsares de Pavía, guarniciones complutenses de Lanceros de la Reina, de Wad-Ras, marciales siempre. Al pasar la gran custodia se arrodillaban los fieles. Mira el gran palio bordado que de ocho varas se extiende, donde arrojan los balcones sus rosas y sus claveles. Segadores valencianos, negras blusas, ponen cierre.



             
     
     Zoco, lonja, bazar, rastro, corredor de mercaderes, mentidero, pipería y refugio de indolentes. Cocina y salón corridos, despensa de exquisiteces, traje diario y festivo de lutos y parabienes. Picaresca de estudiantes, soldadesca efervescente, y la ternura se viste de escolapia y filipense.



     Antezana y ‘la Sinoga’ del mismo espinazo penden, como la Casa Cervantes y la Calzonera enfrente. Todo pasa, pasan todos por los largos almacenes del soportal de la vida, que la cobija y retiene.





José César Álvarez

Puerta de Madrid, 14.2.2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario