Divertimento,
color, espectáculo, brillo, pasión, aglomeraciones, ingenio… Estas
fueron algunas de las percepciones observadas en el callejeo de la Noche
en Blanco. La magia de la noche complutense prendida en los lugares
emblemáticos y en rincones inverosímiles. Ha sido un maremoto cultural
que ha inundado la vieja ciudad y ha ahuyentado sus fantasmas de la
noche, esos personajes quevedescos que en un revuelo de capas y de becas
pululan por entre las columnas de la calle Mayor y por el dédalo de los
colegios antañones. Los fantasmas fueron ahuyentados por el estrépito,
pero no sustituidos como legado de inspiración de la mágica noche. Fue
una fiesta que no venía en el calendario, bien porque no cabía de tan
gorda, o simplemente porque los maremotos no vienen en el calendario. Un
centenar de escenarios, esparcidos a lo largo de la ciudad de
Cervantes. La cuna de Cervantes mecida en su noche larga de risas y
llantos. Noche diversa y promiscua de los cigalas y teresas berganzas,
de broncos y agudos, arrastrando como única pena la de no ser
omnipresentes. Había que apurar la copa honda de la noche alcalaína y
decir aquello de “si amanece nos vamos”,´célebre frase que, en su
tertulia de la fonda de San Sebastián, acuñó Fernández de Moratín, el
famoso escritor que solía hacer noche en Alcalá en la posada de la calle
del Tinte.
Déjame
decir, sin embargo, que las noches en blanco las inventaron nuestros
hijos. Los jóvenes que lo fueron en la recta final del siglo pasado
crearon un conflicto generacional. Se plantaron ante los padres y
pidieron la noche para ellos. Ellos durmieron los días final de semana
de sus noches de alcohol y decibelios, cuando menos. Pero las noches
blancas y sobrecargadas de los jóvenes que pidieron la noche resultaron
ser auténticas noches blancas para los padres. ¡Ay de las noches en
blanco de las madres de España, las que soportaron la marcha de los
hijos que se alistaron en una guerra oscura!
Otro de los precedentes de la Noche
en blanco fue aquella noche del 11 de julio de 2010, cuando el gol de
Iniesta lanzó a las gentes de España a las calles mundiales de la noche
en blanco y loca de fanfarrias y banderas españolas resucitadas.
Pero la Noche en Blanco de Alcalá de Henares ha sido un gol del alcalde Bartolo, que ha sacado a
los padres a la noche de los hijos que quedaron. Niños, jóvenes,
maduros y mayores, todos sin distinción han compartido la misma noche. Y
la Noche en blanco del alcalde Bartolo ha resuelto el conflicto generacional pendiente.
En
la puritana tradición española, salir de noche era cosa de pingos, de
pericos y pericones. Hay personas de reducida biografía en sus noches en
blanco: la Adoración Nocturna,
la procesión del silencio y aquel yuyu de una urgencia sin desenlace
fatal a Dios gracias. Y los habitantes de la ciudad vieja, por
iniciativa bartolina, se marcharon de pingo a mover su culo de lado a
lado.
Fue
una noche en la que los astros institucionales de la ciudad entraron en
conjunción: Ayuntamiento, Universidad, Iglesia, Comunidad, Instituto
Cervantes… La cola de la Iglesia
de Santa María era una larga persistencia por contemplar la remozada
Capilla de las Santas Formas. En el patio del Instituto Cervantes se
desgranaban sustanciosos cuentos. Y brillaban los tenores líricos de la Plaza de Cervantes, y la comparsa de personajes célebres infantiles, y la Schola Cantorum
apostada en la fachada del Hospital de Antezana, y el pasacalles de
vientos tronantes, y los magos e ilusionistas callejeros, y la jocunda
antología satírico burlesca de Santa María la Rica, y
en el Paraninfo vibraban las voces de oro de su siglo... Teatros,
bailes y conciertos, el cine de terror y esa nocturna caravana ciclista
que cruzaba la ciudad por el nuevo carril bici, todo ello no es sino un
ligero apunte de las luces de la tumultuosa noche alcalaína.
Y las camisolas de los racinguistas que sacrificaron al Real Madrid en la tarde madrileña celebraban la noche alcalaína.
Y ese librito para el recuerdo, ese vademécum, como un mosaico en el bolsillo, cargado de noche y luna.
José César Álvarez
Puerta de Madrid, 9..4.2011
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