ALGUNAS APORTACIONES A LA ACTUAL RENOVACIÓN DEL SUELO COMPLUTENSE
Ahora que Alcalá está revitalizando
su suelo histórico y legendario, bueno sería sellarle con la letra de los recuerdos
de su pasado, de los que nunca debe dimitir y debe sentirse orgullosa. Me estoy
remitiendo al tipo de leyendas que jalonan el suelo del barrio de las Letras de
Madrid, por ejemplo. En este sentido, me he permitido la licencia de
seleccionar algunos textos de mis libros para este fin, por si fuera de
interés. Son textos sencillos y próximos, que huyen de los ampulosos y enrevesados conceptos servidos
en otras ocasiones. Ahí van:
“…yendo
sola por las riberas
de
nuestro fresco Henares”
(MIGUEL
DE CERVANTES
La
Galatea II)
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“…aquel famoso moro Muzaraque, que aún hasta ahora sigue enterrado en la
gran cuesta Zulema, cerca de la gran Compluto”.
(MIGUEL DE CERVANTES, Quijote, I,XXIX)
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“Pasa, pesa, pisa y posa
donde el ingenio despliega
y la
Historia clara riega
las
calles donde rebosa
Cervantes
por Alcalá”.
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“SIGLO
DE ORO DE ALCALÁ:
Cervantes,
Lope, Fray Luis,
Quevedo,
Valdés, Solís,
Calderón,
Tirso, Alemán…”
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“Plaza
de Cervantes
de
Alcalá de Henares:
PLAZA
MAYOR DE LA LENGUA”
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“Calma
del alma en los patios
de
colegios y conventos
en la
trama que derrama
espíritu
y pensamiento
por
los libros y los vientos
de
Alcalá”
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San
Juan de la Cruz y de Ávila,
Santo
Tomás Villanueva,
San
Ignacio y Calasanz,
San
Diego y Francisco Borja
dieron
huella y fueron forja
de las
aulas de Alcalá.
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“Guarda
Alcalá en su memoria
de
Suárez, Filosofía;
de
Lope, la Poesía;
y de
Mariana,la Historia.
En Gramática,
Nebrija;
Soto y
Cano, Teología;
la
Imprenta, Brocar y Eguía,
y en
Medicina, Vallés.
En esta renovación del suelo complutense,
sea suscitado una polémica con respecto al traslado del monumento del
Descubrimiento, sito en la plaza de los Santos Niños. Se trata del astrolabio,
la crujía o popular “piruleta”. Dicho monumento data de mis lejanos tiempos de
edil, Era yo entonces portavoz del grupo popular, y aunque fuera del gobierno,
algo me llegaba. Cundió por entonces el mensaje de que aquella plaza era
propiedad de la Iglesia, y Arsenio, el alcalde, me comentó que colocaba por
prudencia el monumento en el lugar que habían ocupado las casas derribadas
antiguamente. El monumento original fue “humanizado” por Arsenio, bien
asesorado, por lo que el proyecto tuvo dos fases: el original y el ampliado.
Así las cosas, y constatando que el hierro
allí apostado raspa y rasga el entorno y hiere sensibilidades, yo me pregunto:
¿No sería posible extraer el motivo central original y sustituirlo por la
escultura de la Reina Isabel, confinada en un rincón de la plaza de Palacio? De
esa manera la Reina Católica adquiriría su plena dimensión y el entorno
ampliado también. Por otra parte, el hierro que aquí llamamos, es una digna
obra de creación que encontraría su lugar adecuado.
JOSÉ CÉSAR ÁLVAREZ
Semanario Puerta de Madrid
5.12.2025