Salpicón de notas con nata
Revuelo de sábanas
Hospital
Príncipe de Asturias, mañana del día 17 de Mayo, habitación 202. Cama
1, la sábana bajera lleva grabada la leyenda del Hospital de Alcorcón y
la sábana superior la del Servicio Extremeño de Salud con su banda verde
y todo. Cama 2, la sábana bajera es del Hospital de Móstoles y la
sábana de arriba es del SUMMA, Servicio de urgencias médicas de Madrid.
Las fundas de las almohadas de ambas camas pertenecen al Hospital
Príncipe de Asturias. Eso sí, la cabeza siempre en su sitio. La
lavandería central sanitaria lava y plancha. ¿Qué más se le puede pedir?
Lo
digo porque a mí me gusta dormir en un revuelo de sábanas. Mientras la
administración fija competencias, separa y aísla estamentos, aleja por
ende a los pueblos entre sí, van los pueblos y se comunican
subrepticiamente a través de la intimidad de las sábanas. A mí me da que
este revuelo de sábanas es una revolución soterrada, como la de las
catacumbas. La cosa debe ir a más hasta poder relajarse libremente sobre
las sábanas impolutas de todos los pueblos de España.
A Alcalá le falta una calle pina
El
diluvio universal del pasado domingo me cogió en la calle. Me refugié
en los soportales que hay en la calle Felipe II, desde donde asistí
sobrecogido al torrencial espectáculo. En una tregua del cielo me vino
un señor chorreante pidiendo información para salir de allí en auto. El
señor chorreante remató así mi información:
–Es que a Alcalá le falta una calle pina, así –decía entre truenos señalando con la mano en ademán norte-sur.
En
efecto, los urbanistas de Alcalá, que pudieron serlo en sus años de
expansión, fueron incapaces de diseñar una calle “pina”, esto es, un
vial norte-sur. Allí mismo precisamente estaba la solución en el eje Gil
de Andrade-Felipe II-Salamanca, pero en los años ochenta la
construcción de la casa del mejicano en la rotonda de Vía Complutense,
impidió ese eje vertical. Y esa sí que es una casa-tapón. Además, en
aquellos años, los vecinos de la calle Gil de Andrade se negaron a la
construcción del aparcamiento subterráneo y han acabado con adueñarse de
la calle.
Había
en ciernes otra solución norte-sur, que era la calle Luis Madrona,
ancha, capaz, con proyección, tan sólo un solar le impedía llegar a la Vïa Complutense,
Pero, sorprendente e irracionalmente, un nuevo bloque a modo de dique
impide el flujo de Luis Madrona. El bloque-dique está vallado hace
tiempo, pero nadie cree que lo seccionen como un brazo de gitano..
La
tendencia vial este-oeste es evidente: Vía Complutense, Reyes
Catñolicos, Juan de Austria, Lope de Figueroa, Ronda Fiscal, Mayor,
Santiago, Avda. Juan Carlos I... La orientación de Complutum en el
camino entre Emérita y Cesaraugusta ipmprime carácter de por vida.
Obras son amores
Obras
importantes están en marcha actualmente en Alcalá o están a punto de
empezar. Dichas obras, de origen vario, no sólo van a cambiar la faz,
sino el alma de una ciudad. Conviene relacionarlas. La obra buque
insignia es el Parador de Turismo, pero pronto compartirá al menos
categoría la del Gran Salón de los Cuarteles. Les siguen el Palacio de
Justicia, las Murallas del Palacio Arzobispal, el Mercado Municipal,
traseras de Basilios, Colegio de Abogados, las dos plazas nuevas
resultantes de sendos aparcamientos en La Paloma y Vía Complutense, las calles de San Bernardo y Paseo de la Estación, el tercer carril de la A-2, el desdoblamiento de la M-100 y de la M-300... Alcalá va a estrenar traje. Obras son amores.
José César Álvarez
Puerta de Madrid, 2.6.2007
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