Un espacio compartido
En
el restaurante, la pareja juvenil pidió de postre profiteroles “para
compartir”, y el camarero, comprensivo, les facilitó dos cucharillas
para un único postre. Lo que nunca sabremos es si ello fue por
exigencias de la magra crisis o de la espléndida conservación del tipo.
Pero me interesa más ahora fijarme en ese verbo ‘compartir”, el cual
significa más cuando se refiere sólo a dos, y se vuelve fraternal o
romántico.
La
semana pasada asistimos en el Salón de actos del rectorado del Colegio
San Ildefonso a la presentación de un libro titulado “Territorio
Henares. Cultura y naturaleza de un espacio compartido” . Y he entendido
que ese “Henares compartido” lo es en la acepción verbal más radical y
fraterna, como una realidad partida, antes de compartida, tan partida y
compartida como los profiteroles con dos cucharillas, la de Guadalajara y
la de Madrid, la de una Comunidad y la de otra. Tratar de alinear su
cultura en paralelo con la línea fluvial de su naturaleza, se nos antoja
labor ardua al discurrir por dos viejas provincias, si bien la
‘frontera regional’ es desatino reciente. Esta labor de unificación e
interpretación es la que ha llevado
a cabo el coordinador del libro Antonio Gómez Sal, catedrático de
Ecología de nuestra Universidad, alcalaíno de la calle Mayor y pateador
enamorado de su campo. Dicha obra, de la que es autor junto a otros
quince, fue allí calificada de “historia natural”, por su visión
integradora del paisaje a la vieja usanza de antiguos tratadistas como
Plinio el Viejo, y ha sido copatrocinada por la Asociación de Amigos de la UA.
La
plaza de Cervantes es un ‘espacio compartido’ le decía yo el otro día a
un residente de esa ancha plaza del centro, uno de los muchos que se
siente perjudicado los domingos con la celebración de eventos, carreras
de atletismo o de ciclismo. Mi amigo despotricaba, indignado, de esta
guisa:
–No
hay derecho –decía–, he estado hora y media viendo pasar tíos en
calzoncillos por delante de mi coche detenido. Te estropean la mañana y
el día, es que se te quitan las ganas de salir. Y ¿por qué no se llevan
estos actos a Los Espartales, pongo por caso? Y es en concreto el
Distrito 1 el único castigado con estas cosas, que es precisamente el
granero de votos del PP. Estos se van a enterar. ¿Es que no se dan
cuenta que nos están machacando a los que les sostenemos?
No
se trata de salir en defensa de nadie, pero es que la plaza de
Cervantes y la calle Mayor no las puso ahí Bartolo. Ese es el centro
histórico, el sitio emblemático, el foro, la almendra, el casco, la
torre, ‘il duomo’, ‘le coeur de la ville’. Los eventos ciudadanos
representativos exigen que sean servidosen el digno estuche de su
singular patrimonio. De lo contrario serían actos de barrio y no actos
de la ciudad. Vivir en el centro es un privilegio y es una servidumbre
al mismo tiempo. Es un honor y un servicio, lo cual ocurre en todas las ciudades históricas del mundo. ‘Les Champs Elysées’, la ‘Piazza Duomo’ y ’La Castellana’ son los lugares emblemáticos que en París, Milán y Madrid acogen el final del Tour, del Giro y de la Vuelta, pese a sus sufridos moradores.
Es,
pues, ‘la plaza’, la nuestra, como decía, un espacio compartido por los
residentes y por sus visitantes, por indígenas y foráneos, por
arraigados y advenedizos. Otra cosa es que esas pruebas deportivas y
eventos sean replanteados para que hagan el menor daño posible.
El foro capitalino de Madrid es pateado por tirios y troyanos, e invadido con
frecuencias epilépticas de todos los colores y neuras. Este domingo por
la mañana se han juntado dos mujeres en su almendra y han ‘compartido‘
el mismo desayuno, pero en platos distintos. Porque Ángeles Pedraza y
Pilar Manjón no han comido nunca en el mismo plato. Las dos perdieron un
hijo en los atentados, las dos son presidentas de Asociaciones terroristas; la primera, de la AVT, la segunda de la Asociación
11-M Afectados del Terrorismo. Pero Ángeles estuvo esa mañana en el
Bosque del Recuerdo en el Parque del Retiro, rodeada de autoridades
institucionales, mientras que Pilar fue rodeada de sindicalistas y
actores en el monumento a las víctimas en Atocha.
Entre El Retiro y Atocha, dos puntos de un ‘espacio compartido’, se
ha abierto la grieta más profunda de las dos mujeres de las dos
Españas. Mientras el Retiro proclamaba que el 11M es un caso abierto,
Atocha destilaba odio, tratando de amedrentar al nuevo Fiscal General,
al tiempo que tildaba a sus contrarios de “conspiranoicos”, epíteto
acuñado paradójicamente por los que volcaron unas elecciones en tres
días.
La
ausencia de la autoría intelectual de los atentados en la sentencia
provoca una situación cada vez más inestable. Esto es como ocurre en el
psicoanálisis, donde se trata de encontrar en el paciente el “ello”, esa
verdad escondida, dormida, subconsciente, que te desvela y que, al
conocerla, volverá al “yo” consciente con sus equilibrios perdidos. Esta
sociedad está cada día más desvelada porque se le sigue aplazando la
búsqueda de una verdad que le atormenta.
José César Álvarez
Puerta de Madrid, 24
No hay comentarios:
Publicar un comentario