Marx, Telemadrid, Reig Pla
En realidad, de lo que voy es de trios dialécticos. Que ¿qué es eso? Verás.
Fue el filósofo alemán Hegel el que dijo aquello de que la Idea, es decir el pensamiento, es
decir el progreso, se sucedía en ciclos de un tiempo indeterminado,
pero que obedecían al esquema de tesis, antítesis, síntesis. Quiere ello
decir que al período “blanco” le sigue otro “negro” y remata en un
período “gris”. El ejemplo es mío y no es muy afortunado porque “gris”
no implica ningún
avance con respecto a sus términos anteriores, pero es una forma de
entendernos. A esto se le llamó la “dialéctica hegeliana”, que explica
el progreso humano a través de la oposición de contrarios.
Detrás de Hegel vino Marx y le dio la vuelta al calcetín. Dijo que lo que progresaba no era la Idea sino la Materia,
y que Hegel era un idealista. Las etapas de prosperidad del hombre
estan —decía Marx— en relación directa con la materia, con la
determinación del hombre por arrancar los secretos a la materia, captar
sus materias primas, su elaboración, distribución y el control de los
medios de producción. Así llegó a formular uno de los tríos dialécticos
más desestabilizadores de la historia: Capitalismo, Proletariado,
Revolución Socialista. Marx forzó violentamente la historia. Porque la
historia real ha enmendado así la falsa profecía: Capitalismo,
Comunismo, Democracia, según interpretaciones posteriores.
Pues
bien, con estos precedentes dialécticos escuchaba la semana pasada una
interesante entrevista que le hacían al filósofo Antonio Escohotado en
Telemadrid, que es un canal que vemos cuando nos dejan verlo unos
señores muy graciosos que se dicen sindicalistas y que siguen forzando
la historia. El entrevistado dijo allí que la mayoría de la
intelectualidad de su generación ha discurrido por los siguientes
períodos dialécticos: Cristianismo, Marxismo, Liberalismo. Y en un tono
de complicidad, le decía al entrevistador Sánchez Dragó, al parecer
colega ultramontano de sus tiempos antitéticos: “Hay que ver la de
tontorronadas que dijimos en aquella segunda fase marxista. Recordarlo
sólo nos puede producir sonrojo”. Y el filósofo explicitó sagazmente su tríptico ideológico.
Ya puestos, nos atrevemos a formular un trío dialéctico de neta actualidad alcalaína. Pero como no queremos ser falsos profetas, sólo nos permitimos formularlo de manera interrogativa. Recientemente ha tomado posesión de la Diócesis de Alcalá el obispo Reig Pla, tercer obispo de Alcalá de los tiempos corrientes, ya que el verdadero tercer obispo de Alcalá estaría sumergido por el siglo IV, y, para más señas, sería su nombre Ampelio, San Marcial o Fulmaro, según las fuentes. Pues bien, la interrogante posibilista sería esta: ¿Acaso el trio Ureña-Catalá-Reig Pla, los tres obispos de Alcalá de la nueva era, tres valencianos, tres, acaso, digo, no encajan en el esquema dialéctico de tesis-antítesis-síntesis? En todo caso va implícito aquí el deseo de ser síntesis, que es ser crisol y avance.
José César Álvarez
Puerta de Madrid
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