ALCALÁ EN LA OBRA DE CERVANTES
(Segunda parte del C. 14 de “La disputada cuna de Cervantes”, de José César Álvarez, Ediciones Bornova-Aytº de Alcalá de H) 2005.
No
obstante su vinculación a Alcalá y sus ligeras recordaciones en su
obra, todavía pendientes, soy de la opinión de que Cervantes nació en un
lugar de cuyo nombre no pudo acordarse por razones de la herencia del
azar y de la sangre. La alargada sombra de su abuelo paterno,
administrador que fue de la casa de los Mendoza en Guadalajara, envuelto
en un largo y turbio pleito contra una de las casas más poderosas de
España, que acabó ganando, derivó en complicados derroteros contra los
Cervantes, que en numerosas ocasiones eran importunados con expedientes
sobre información de limpieza de sangre. Por eso, creo que Cervantes
trató en su obra literaria de omitir su identificación, de que no le
asociaran con los Cervantes de Alcalá, de velar sus orígenes, de tener
que hacer romo el nombre de su cuna cuando los recuerdos le vinieran a
los filos de su pluma. No obstante, el goteo de sus alusiones a Alcalá
es inevitable como vamos a ver y preferentemente en su nombre latino, Compluto,
denominación culta y menos comprometida. Su ponderación de "famosa” y
“gran” sólo ocurren fugazmente y unidas al nombre latino, menos
conocido. Seleccionamos aquí las alusiones directas que Cervantes hace a
su patria chica a lo largo de su obra literaria. Son referencias que
llevan la señal identificativa del lugar. Otras alusiones posibles,
recuerdos, imágenes, sin la etiqueta identificativa, quedarán para
siempre sumidas en el limbo de los lugares anónimos.
En la selección de las frases cervantinas que seguidamente presentamos, no solamente hemos seleccionado aquellas que citan topónimos
de Alcalá y de sus alrededores, sino también las que hacen referencia a
personas y personajes vinculados a Alcalá y a su entorno.
He
aquí, espigadas una a una, las alusiones encontradas que conforman el
florilegio cervantino en torno a su lugar de nacimiento, añadiendo el
comentario donde solamente se requiera:
LA GALATEA
-1-
“DIRIGIDA AL ILUSTRISI . SEÑOR ASCANIO COLONA, ABAD DE SANTA SOFÍA” (Portada y dedicatoria)
El año de la publicación de La Galatea, 1585, este personaje vive en Alcalá, donde publica Oratio ad Philippum II... (Alcalá, 1585) y donde el propio Felipe II se detiene ese año, camino de una cacería a
tierras de Soria, para escuchar su disertación. Un año antes murió en
Medinaceli su padre, virrey de Sicilia, cuando hacía el camino a Madrid,
requerido por el monarca. Su padre fue “aquel sol de la milicia” que
capitaneó las naves del Papa en Lepanto. Un año después Ascanio sería
nombrado Cardenal. El título de Abad de Santa Sofía se le había impuesto
en Alcalá en 1578, una vez superadas las responsiones magnas en la Universidad,
donde meses después alcanzaría la licenciatura en Artes. Después de su
primera estancia en Alcalá, estudió Teología en Salamanca. En 1602 fue
nombrado virrey de Aragón.
Hubo
de ser Cervantes y no otro el que llevó personalmente desde la casa de
Ascanio en Alcalá hasta la imprenta de Juan Gracián el escudo de armas
del prócer italiano con el motivo central de la columna trajana, para
que apareciera en la portada de la primera novela del alcalaíno, de la
que el romano era su benefactor.
Ascanio
Colona no fue, como se ha dicho, un personaje que Cervantes conoció en
Roma, sino que lo conoció “en su pueblo”, en la gran Universidad de su
patria chica. Si le hubiera conocido en Roma, lo habría hecho saber
Cervantes en la Dedicatoria, donde cualquier mínimo motivo de aproximación es magnificado, y sin embargo, allí dice que sólo oyó hablar de él: ...las
cosas que, como en profecía, oí muchas veces decir de V. S.
Illustrísima al cardenal de Aquaviva, siendo yo su camarero en Roma.
-2-
“...IMPRESSA EN ALCALÁ POR JUAN GRACIÁN. AÑO 1585” (Portada)
El lugar aproximado de la imprenta de Juan Gracián, donde fue impresa La Galatea, fue documentado por Julián Martín Abad al encontrar unas Cartas de resconocimiento de censo, utilizadas en 1604, donde se documentaba el usufructo a favor de la viuda de Juan Gracián de dos casas contiguas en la antigua calle “Guadalaxara”, hoy Libreros.
-3-
“A COSTA DE BLAS DE ROBLES, MERCADER DE LIBROS” (Portada)
Blas de Robles es natural de Alcalá de Henares, de familia librera y padre de Francisco de Robles, el librero de los Quijotes, de las Novelas Ejemplares y del Persiles. Los
padres de Blas y de Miguel, Bartolomé y Rodrigo, respectivamente,
fueron coetáneos, alcalaínos ambos y puede que amigos. Los Robles fueron
una familia de libreros, venida junto a la ventura de la Universidad
de Alcalá, y que hubo de emigrar a las distintas cortes de aquel
tiempo, por lo que conocieron Toledo, Valladolid y Madrid. Pero el
establecimiento de Alcalá fue siempre fijo. Blas de Robles compartió ya
la dirección del establecimiento de Alcalá y el de Madrid. Entre las
familias Cervantes y Robles hubo siempre una muy estrecha relación. Casó
Blas con Mari López, hija de alcalaínos. Su madre Francisca Ávila había
casado en segundas nupcias con el librero Francisco López, emigrante
también a Valladolid, de quien Blas recibe la dote. Blas tuvo el título
de "librero del Rey", y como tal se dirige a Felipe II en la obra del
"Divino" Vallés Methodus medendi (Alcalá, 1588)
-4-
“Yo, el licenciado Várez de Castro, corrector por su Majestad en esta Universidad de Alcalá, vi este libro...” (ERRATAS)
-5-
“En
las riberas del famoso Henares, que al vuestro dorado Tajo, hermosas
pastoras, da siempre fresco y agradable tributo, fui yo nacida y criada,
y no en tan baja fortuna que me tuviese como la peor de mi aldea.” (PRIMERO LIBRO)
Esto
dice Teolinda, la pastora complutense. Sabido es que detrás de estos
nombres se esconden personajes reales de la época. No sabemos qué
personaje se esconde tras el nombre de las alcalaínas Teolinda, de su hermana Leonarda y
de Licea. Sólo sabemos que tras Tirsi se esconde, por menciones
"divinas", el pastor complutense conocido por "Divino" Figueroa, el
poeta amigo y maestro de Cervantes. El Henares adquiere en La Galatea las
dimensiones del "dorado" Tajo al que da su tributo, saltándose el
Jarama. La "aldea" de las riberas del Henares, continuamente citada, no
es otra que Alcalá de Henares en el lenguaje bucólico, que esconde
también el simbolismo del "tributo" que Alcalá rinde institucionalmente a
Toledo, a cuya jurisdición pertenece.
-6-
“...y
yendo sola con ellas por la ribera de nuestro fresco Henares, al pasar
por el alameda del Concejo, salió a mí un pastor...” (SEGUNDO LIBRO)
-7-
“y
así, después que hube rodeado una y otra vez la ribera y el soto del
manso Henares, me senté cansada al pie de un verde sauce...” (IDEM)
-8-
“A esta sazón, dijo Teolinda:
–Si
los oídos no me engañan, hermosas pastoras, yo creo que teneos hoy en
vuestras riberas a los dos famosos y nombrados poetas Tirsi y Damón,
naturales de mi patria, a lo menos Tirsi (FRANCISCO DE FIGUEROA), que en la famosa Compluto, villa fundada en las riberas de nuestro Henares, fue nacido, y Damón (PEDRO LÁINEZ),
su íntimo y perfecto amigo, si no estoy mal informada de las montañas
de León tiene su origen, y en la nombrada Mantua Carpentanea (MADRID) fue criado...” (IDEM)
Es
la confirmación de la patria de Teolinda y de las pastoras de su misma
aldea. La aldea de las riberas del Henares ya tiene nombre, aunque se
venía barruntando. Cervantes prefiere la denominación culta de Compluto que no la popular de Alcalá, en línea con la operación de ocultación de personajes reales que recorre toda la obra. Teolinda
habla por boca de Cervantes en el texto (y el que le sigue) sobre las
excelencias de sus dos amigos poetas y maestros, tanto que provoca la
protesta de Florisa y así remonta de nuevo el vuelo de sus lisonjas. La
aparición aquí de Pedro Lainez parece ligarlo con Alcalá, aunque no
nacido, ya que en el texto que le sigue se refiere Teolinda a Fili de Tirsi y a Amarili de Damón
como la versión lírica de sus honestas mujeres, pastoras “tan amadas...
en la aldea”. La densidad de su primera novela hace pensar que
Cervantes hubo de empezarla en el exilio o acaso antes, por lo que las
asociaciones de Lainez a Alcalá corresponderían a tiempos anteriores a
la “salida” a Italia de su autor, quien en el prólogo a los curiosos lectores dice de su libro que ni tampoco quise tenerlo para mí sólo más tiempo guardado.
Con respecto a la amistad de Lainez y Cervantes ya tratamos en el capítulo 3.2 referido a Esquivias.
-9-
“–En las riberas de nuestro Henares —dijo a esta sazón Tirsi—, más fama tiene Galatea de hermosa que de cruel...” (Ibidem)
Esto
dijo Tirsi a Elicio. Si Tirsi, como ya sabemos, es el alcalaíno
Francisco de Figueroa, y Elicio, como también sabemos, es el propio
Cervantes, el uso de la expresión “nuestro Henares” no es casual, ya
que, entre interlocutores alcalaínos adquiere el pleno sentido del
paisanaje.
-10-
“¡Oh muerte, que atajas y cortas el hilo
de mil pretensiones gustosas humanas,
y en un volver de ojos las sierras arrasas
y haces iguales a Henares y al Nilo”
(TERCERO LIBRO)
-11-
“...y
que nunca había querido entrar en el aldea ni tener conversación con
hombre alguno después que de las riberas del Henares había venido... ” (CUARTO LIBRO)
-12-
“...el
favor que te puedan ofrecer cuantos pastores hay en las riberas deste
río y en las del manso Henares, el cual favor te ofrezco...” (SEXTO LIBRO)
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
-13-
“Véndese en la casa de Francisco de Robles, librero del Rey ntro. señor” (Portada de la edición “princeps” y siguientes)
A partir de esta obra, Francisco de Robles va a ser el librero de todas sus novelas, como lo fue su padre Blas de La Galatea. Aunque
varios autores dicen que Francisco nació en Alcalá de Henares, como su
padre y familia, no hay nada seguro. Si Blas de Robles, su padre, hubo
de sufrir el vaivén de la corte de Toledo a Madrid, cambiada en 1561, su
hijo Francisco va a conocer el vaivén de la corte de Madrid a
Valladolid y retorno. Su abuelo Bartolomé ya estuvo por idéntica razón y
oficio en Valladolid, donde dejó enterrada a su esposa, la alcalaína
Petronila de Torres. La relación entre los Cervantes y los Robles, ya
dijimos, era antigua e incluso pudo ser parental, según algunos.
Francisco de Robles, muerto su padre en 1593, figura en la inscripción
de sus libros de esta manera: "Véndese en casa de la viuda de Blas de
Robles y Francisco de Robles su hijo, librero del Rey nuestro señor",
pero desde 1599 su nombre ya aparece en solitario. Francisco se casó
tres veces y con respecto a su profesión fue hombre audaz y negociante
con autores e impresores, alcanzando riqueza y reconocimiento en su
época.
-14-
“TESTIMONIO
DE ERRATAS. Este libro no tiene cosa digna que no corresponda a su
original, en testimonio de lo haber correcto di esta fee. En el Colegio
de la Madre de Dios de los Teólogos de la Universidad de Alcalá, en primero de deciembre de 1604 años. EL LICENCIADO FRANCISCO MURCIA DE LA LLANA”.
Este
corrector de pruebas, juntamente con su hermano, se hicieron famosos
por su absoluta negligencia en la corrección. Francisco de la Llana
era médico y estaba en el colegio de Teólogos, hoy sede del Colegio de
Abogados de Alcalá de Henares, porque, según sus estatutos fundacionales
del Cardenal Cisneros, albergaría a estudiantes, 18 de Teología y 5 de
Medicina.
-15-
“–Este que viene es El Pastor de Filida.
–No es ése pastor –dijo el cura–, sino muy discreto cortesano; guárdese como joya preciosa”. (I, VI)
El
autor de este libro es Gálvez de Montalvo, nacido en la vecina
Guadalajara, autor de uno de los tres sonetos de los tres amigos que
abren La Galatea, en donde Montalvo aparece representado en el personaje Siralvo, que es mismamente el seudónimo de El Pastor de Filida. En 1584 y 85, año de la publicación en Alcalá de La Galatea, Montalvo reside en la entonces villa complutense al lado de Ascanio Colona, el
futuro virrey de Aragón ya citado, también poeta, de quien Montalvo es
secretario, y, acabado el curso universitario, le acompañaría en esa
misión a Italia siendo nombrado cardenal. Cervantes debió conocer a
Colona por mediación de su amigo alcarreño.
Colona también debió ser mecenas de Juan Rufo, el autor de La Austriada,
y puede que Cervantes interviniera de alguna manera en la visita de
Rufo a Alcalá, donde comieron juntos, cordobés y romano, según se
desprende de un apotegma del que fuera amigo de Cervantes desde
los tiempos de la escuela de Córdoba. Cervantes alaba también a Rufo en
el “donoso escrutinio” en que nos hallamos.
De Montalvo, del tormentoso accidente de su vida y de su muerte nos referimos en el capítulo 11.
-16-
“–Este grande que aquí viene se intitula –dijo el barbero– Tesoro de varias poesías.
–Como
ellas no fueran tantas –dijo el cura–, fueran más estimadas; menester
es que este libro se escarde y limpie de algunas bajezas que entre sus
grandezas tiene. Guárdese, porque su autor es amigo mío, y por respeto
de otras más heroicas y levantadas obras que ha escrito.”
Se refiere Cervantes a su amigo Pedro Padilla, quien a los 22 años se graduó en Teología en la Universidad de Alcalá y solicitó de Miguel un soneto prólogo para su Romancero.
Todas las obras de Padilla, menos una, contienen encendidos elogios a
favor de Cervantes, quien se vio obligado, en justa reciprocidad, a
“guardar” su libro.
-17-
“–...¿qué libro es ése que está junto a él?
–La Galatea de Miguel de Cervantes —dijo el barbero.
–Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos”. (I,VI)
Ejercicio de desdoblamiento reflexivo (objetivación del yo), cuya referencia nos obliga a la selección, al tratarse de obra alcalaína y autor alcalaíno.
-18-
“Por otra parte, me parecía que, pues entre sus libros se habían hallado tan modernos como Desengaño de celos y Ninfas y Pastores de Henares,
que también su historia debía de ser moderna, y que, ya que no
estuviese escrita, estaría en la memoria de la gente de su aldea...” (I, IX)
En esta y en otra ocasión del aludido capítulo VI, cita al Henares en el Ingenioso Hidalgo, Primera parte, aunque indirectamente, al ser mencionado el libro Ninfas de Henares, cuyo título completo es Primera Parte de las ninfas y pastores de Henares. Dividida en seis libros. Compuesta por Bernardo González de Bovadilla, estudiante en la insigne universidad de Salamanca. Alcalá, 1587”, remedo de La Galatea, a la que el cura, en el famoso escrutinio, decide “entregar al brazo seglar del ama”, esto es, al fuego. De Ninfas de Henares volverá a acordarse de nuevo Cervantes en El Viaje del Parnaso (C. IV)
-19-
“Estando
un día en el Alcaná de Toledo llegó un muchacho a vender unos
cartapacios y papeles viejos a un sedero; y como yo soy aficionado a
leer...” (I, IX)
El relato de Cervantes en el que expone el suceso de cómo encontró La historia de Don Quijote,
que dice extraer del arábigo aljamiado y que le permite continuar su
historia, según nos cuenta, guarda asombrosas similitudes con lo
descrito en la obra manuscrita titulada Contradiction... contra la falsa Trinidad,
original autógrafo de un morisco español expulso convertido a la secta
de Mahoma, de nombre Juan Pérez, natural de Toledo, y que se refugió en
Túnez adoptando el nombre de Ibrahim Taibilí, Este impío escritor narra,
sin embargo, una conversación ocurrida en una librería de Alcalá de
Henares a finales de Agosto de 1604 en torno a la historia de don
Quijote, lo que ratifica que el Quijote venía circulando unos años antes
de su impresión como novela corta. Por otra parte, "Alcaná” es voz
hebrea que significa feria, mercado, y a finales de Agosto tiene lugar
en Alcalá de Henares la feria grande de San Bartolomé, por lo que
alguien (José García Saldaña en “Documentos Olvidados”) ha querido ver significaciones en la proximidad fonética de Alcaná y Alcalá.
Hemos de considerar que el supuesto topónimo determinativo “de Toledo”,
pospuesto al equívoco "Alcalá" que se trasluce, gozaría de todas las
bendiciones históricas, ya que durante ocho siglos Alcalá aparece ligada
a Toledo como señorío prelaticio. Decir “Alcalá de Toledo” es evidencia
de la época, y decir “Alcaná de Toledo”, como se dice en el Quijote,
el mercado que rodea la catedral, pudiera pretender un equívoco
insinuante muy del gusto cervantino. En la pág. 528 del tomo V de la “heroica”
obra cervantina de Astrana Marín se dicen los pormenores del relato,
así como el descubrimiento del mismo entre los manuscritos de la Biblioteca Casanarense de Roma.
-20-
“–No
hay duda en eso –respondió Sancho–; que yo he visto a muchos tomar el
apellido y alcurnia del lugar donde nacieron, llamándose Pedro de
Alcalá, Juan de Úbeda y Diego de Valladolid...” (I, XXIX)
Para
el P. Martín Sarmiento la aparición de Alcalá en el primer término de
la serie le resulta especialmente reveladora. Los personajes aludidos,
tal cual, no existen en la realidad, porque asistimos, en mi modesta
opinión, a un trueque
nominal de personajes populares en aquella época, cuya traslación y
disloque de nombres y apellidos resultara cómica, a la vez que sirviera
de ejemplo. Se trataría en realidad de Diego de Alcalá, Pedro de Úbeda y
Juan de Valladolid. Particularmente famosos eran San Diego de Alcalá,
el fraile franciscano y milagrero, y Juan de Valladolid, peculiar poeta,
juglar y astrólogo, ambos del siglo XV y magnificados en la distancia
del siguiente siglo. El efecto del trueque corrido es como si hoy
dijéramos tres nombres trabucados de esta guisa: José Luis González, Felipe Aznar y José María Zapatero.
-21-
“Y
aún haré cuenta que voy caballero sobre el caballo Pegaso, o sobre la
yegua o alfana en que cabalgaba aquel famoso moro Muzárabe, que aún
hasta ahora yace enterrado en la gran cuesta Zulema, que dista poco de
la gran Compluto”. (Ibidem, I, XXIX)
La cuesta del Zulema es el camino natural para ir desde Alcalá a Arganda, a 24 Km.
lugar donde nació su madre doña Leonor. Era, pues, el camino de la casa
y de la viña de su abuela Elvira, tortuosa cuesta que bien conocía
Cervantes, así como su leyenda del moro.
-22-
“alcancé a ser alférez de un famoso capitán de Guadalajara, llamado Diego de Urbina”. (I, XXXIX)
Guadalajara es ciudad vecina y recíprocamente aniga de Alcalá, a 24 km. y el Henares es río común.
-23-
“...tuve nuevas que el gran duque de Alba pasaba a Flandes. Mudé propósito, fuime con él, servíle en las jornadas que hizo...” (Ibidem)
Tal
determinación no es, sin embargo, biográfica, aunque la figura del
duque le despierta entusiasmos. Conocida es la vinculación de la Casa
de Alba a Alcalá de Henares por la que podrían conocerse. Don Fernando
Álvarez de Toledo, por este motivo, podía tener referencias del abuelo y
del padre de Miguel, de aquellos años fastos en que la casa de los
Cervantes era de las principales de Alcalá, dados a los caballos bien
enjaezados y amantes de las justas y torneos ecuestres. En cualquier
caso, el licenciado Juan de Cervantes estuvo una y otra vez ligado a las
grandes casas de la aristocracia española.
-24-
“Súpose
cierto que venía como general desta liga el serenísimo don Juan de
Austria, hermano natural de nuestro buen rey don Felipe” (Ibídem)
Don Juan estudió en la Universidad de Alcalá
por indicación de Felipe II y se sabe que frecuentó después sus
alrededores. Don Juan de Austria extendió a Miguel una carta de
recomendación cuando partió para España, después de Lepanto y de su
convalecencia en Mesina.
-25-
"El canónigo, a lo que don Quijote dijo, respondió:
—En verdad, hermano, que sé más de libros de caballería que de las Súmulas de Villalpando”. (I, XLVII)
Se refiere a la Summa Summularum –Alcalá, 1557– de Gaspar Cardillo de Villalpando, catedrático de la Universidad de Alcalá, donde dicho libro fue texto oficial para el estudio de la Dialéctica en sus escuelas.
SEGUNDA PARTE DEL INGENIOSO CABALLERO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
-26-
FEE DE ERRATAS, firmada por EL LICENCIADO FRANCISCO MURCIA DE LA LLANA.
Es el mismo que firmó el “testimonio de erratas” de la “Primera Parte” desde el Colegio de la Madre
de Dios de Alcalá, lo cumplimenta ahora desde Madrid a 21 de octubre de
1615. Este médico corrector y su hermano se hicieron famosos por su
desidia en la corrección y cotejo con el original. Su función era de
puro trámite.
-27-
APROBACIÓN firmada por EL MAESTRO JOSEF DE VALDIVIELSO.
Fray
Josef de Valdivielso fue fraile profeso, que integró en distintas
ocasiones la comunidad del convento de Trinitarios Descalzos de Alcalá de Henares,
amigo de Cervantes, autor de poemas religiosos y autos sacramentales,
protegido como Cervantes del cardenal Sandoval y Rojas, de quien fue
su capellán, y bajo su protección fue cura de Santorcaz, villa próxima a
Alcalá, y después capellán de la capilla mozárabe de la catedral de
Toledo. Hubo un cuadro de fray Josef en el claustro del mencionado
convento de Alcalá, obra de Juan Vardenhannen, víctima de la
desamortización. Este pintor, importante en la cultura oficial de su
época, tuvo una representativa muestra de su obra en los claustros del
referido convento de Alcalá. F. J. García Gutiérrez ("Puerta de Madrid",
mayo 2004) cita como triángulo de amistad el formado por
Cervantes-Valdivielso-Vardenhannen.
-28-
(Refiriéndose a Dulcinea:)
“Por esto será famosa
desde Henares a Jarama,
desde el Tajo a Manzanares,
desde Pisuerga hasta Arlanza”
(II, XXIV)
Es
un estribillo que resulta repetido. Se trata de la ridiculización de
las chuscas distancias de la fama de Dulcinea, de quien finamente se
mofa. Cervantes le hace también capirotes al propio lenguaje, del que se
vale. Parece que está hablando de distancias geográficas con esa triple
fórmula "desde un sitio a otro" y señalando airosamente seis topónimos,
pero la fórmula guarda el secreto de un signo "menos" que se antepone y
reduce a cero las aparentes distancias geográficas, porque si el
Henares y el Manzanares son afluentes del Jarama, se tocan, y como el
Arlanza lo es del Pisuerga, el espacio de su fama quedaría reducido a
nada. Es hablar por hablar sin decir nada, ya que las distancias quedan
neutralizadas. Creyó equivocadamente Cervantes que el Manzanares era
afluente del Tajo, porque es una excepción del triple mecanismo. Son, no
obstante, tres alusiones a tres ciudades de su vida y en este orden:
Alcalá, Madrid y Valladolid.
NOVELAS EJEMPLARES
-29-
“...
preguntó qué buscaba. Él respondió que a unos caballeros de Burgos que
iban a Sevilla, uno de los cuales era su señor, el cual le había enviado
delante por Alcalá de Henares, donde había de hacer un negocio que le
importaba...” (LA ILUSTRE FREGONA)
Puede ser un calco inconsciente de los hábitos viajeros del propio autor: adelantarse para pasar por Alcalá de Henares, a fin de
llevar a cabo un asunto íntimo y personal, innominado, "un negocio que
le importaba", que podía ser visitar a su madre o a su hermana monja.
Podría ser una referencia que le dejó huella.
-30-
“BERGANZA.
—Desa manera no haré yo mucho en tener por señal portentosa lo que oí
decir a un estudiante, pasando por Alcalá de Henares.
CIPIÓN. —¿Qué le oíste decir?
BERGANZA. —Que de cinco mil estudiantes que cursaban aquel año en la Universidad, los dos mil oían Medicina.
CIPIÓN. —Pues, ¿qué vienes a inferir deso?
BERGANZA.
—Infiero, o que estos dos mil médicos han de tener enfermos que curar
(que sería harta plaga y mala ventura), o ellos se han de morir de
hambre.” (EL COLOQUIO DE LOS PERROS)
El perro Berganza es un "alter ego" de Cervantes. Las filosofías que "infiere" surgen de datos objetivos sobre el número de estudiantes en la Universidad de Alcalá, por lo que la alusión a su paso por Alcalá de Henares, dentro del mismo contexto, puede tomarse con valor autobiográfico.
COMEDIAS Y ENTREMESES
-31-
“No sé yo quien me aconseja
con voz callada en el pecho,
que no la siento en la oreja,
y de morir satisfecho
y con gran gusto me deja,
díceme, y yo de ello gusto,
que he de ser un nuevo Justo
y tú otro nuevo Pastor”.
(LOS BAÑOS DE ARGEL)
Los
santos Justo y Pastor son mártires de Alcalá y patronos de la ciudad.
Fueron víctimas de la persecución romana en tiempos de Diocleciano. El
fragmento corresponde al diálogo entre dos niños en el cautiverio, en el
momento en que temen ser forzados a la apostasía y se ven fortalecidos
por el espíritu de los Santos Niños, cuya devoción conoce bien Cervantes.
-32-
“LA ELECCIÓN DE LOS ALCALDES DE DAGANZO”. (Título de un entremés)
Daganzo es un lugar próximo a Alcalá, a 9 Km
y Cervantes demuestra conocer una tradición de su entorno natal. Es
impensable tener noticia de tan pequeña villa en aquel entonces si no es
desde Alcalá, a cuyo alfoz de las 25 villas perteneció Daganzo y a la que estuvo siempre vinculada.
***
Hasta
aquí la selección de citas que demuestran la vinculación de la obra
cervantina con Alcalá, pese a los secretos temores que pudieran contener
a su autor. Aunque esto fuera así, como parece, no se puede en modo
alguno neutralizar el subconsciente de un escritor en el ejercicio de su
libérrima creatividad. No faltan, así, inevitables referencias y
alusiones ponderativas, propias de la consideración y estima reservadas
al lugar de nacimiento, tales como “el famoso Henares”, “la famosa
Compluto”, “la gran Compluto”... Constato por tres veces la presencia
del entrañable adjetivo posesivo "nuestro", adosado al Henares: "nuestro
Henares", "la ribera de nuestro fresco Henares", "el soto de nuestro
Henares", y también "las dehesas concejiles de nuestra aldea". Además de
estas estimaciones adjetivas de su origen, Cervantes demuestra poseer
conocimientos de lugares geográficos menores y detalles del entorno y
sus tradiciones, como "la gran cuesta del Zulema”, el camino natural
desde Alcalá hacia Arganda (la villa natal de su madre doña Leonor); “el
alameda del Concejo”, el "cortecido álamo blanco", ancestral
especie de las orillas del Henares; “la leyenda del moro” de la cuesta
del Zulema, donde dicen que “yace encantado”; la villa de Daganzo y la
tradición de la elección de sus alcaldes; el número de estudiantes de
Medicina en su famosa Universidad; la devoción de sus patronos, etc.
Por
otra parte, los amigos de Alcalá le hacen de Alcalá, prueban el
contacto con su patria chica. Los amigos de Alcalá lo encallejonan en
Alcalá, allí los conoce. Entre los amigos citados en su obra, que llevan
el hierro de Alcalá, están Laínez, Padilla, Montalvo, Figueroa,
Valdivielso, los Robles, Juan Gracián, puede que los propios correctores
de erratas... Su querida hermana Andrea dejó dicho en el pleito de
Valladolid que su hermano es hombre que escribe e que trata negocios e que por su habilidad tiene amigos. Estupenda
síntesis de una vida. Pero la habilidad, según su hermana, era sólo
para tener amigos, que no para escribir ni negociar.
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