Salpicón de notas con nata
La niña bonita
La Universidad
es la niña bonita de este pueblo. Cuando llegó su retorno, tras la
secular espera, este pueblo le entregó las niñas de sus ojos, los
edificios más señeros de su histórico casería, que la Universidad,
por su parte, supo restituir primorosamente. En tiempos más recientes,
llegó un día el ministro del Ejército José Bono y le entregó a la Universidad
los cuarteles que no habían sido universidad. Y para rematarlo, llegó
el otro día Esperanza Aguirre y junto al alcalde le pusieron la guinda
de la obra de los cuarteles, insuf1ando a la Universidad
la quintaesencia de otro Oxford. El rector supo exquisitamente
agradecer tan abrumadores gestos. Pero al rector se le supone que habrá
de desplegar una tácita faena, la de hacer que la niña bonita lo sea
universalmente.
Obras
importantes tiene en marcha Alcalá, que van a cambiar sustancialmente
su fisonomía. El noble pavimento de granito avanza por las calles
céntricas de Alcalá, Y ahora parece que va a llegar al Paseo de la Estación y a la calle San Bernardo. Y yo me pregunto, ¿cuándo va a llegar el granito a la Plaza
de los Santos Niños? Por cierto, aprovechando que estamos en ese
lugar, un nuevo visitante de la ciudad, de reconocido buen criterio, me
criticó el monumento de "la piruleta", cuya modernidad -me dijo-
resultaba estridente para con su entorno. No le convencieron las
explicaciones mías sobre el simbolismo de la bisagra que une los dos
mundos. "Muy bien, pero no es su lugar" me dijo tajante. Quizás nuestros
ojos ya habituados no alcancen toda la agresividad que lleva. Y ello
no es nuevo, no acaba de gustar por su emplazamiento. Y ¿qué tal, digo
yo, si sustituyéramos la piruleta por Isabel la Católica
en la plaza más católica, ella' que anda perdida por los jardines de la
plaza de Palacio? Ella es la que realmente allí falta, ya que lo que
el monumento conmemora es la primera entrevista de la reina Isabel con
Colón. y ¿que tal quedaría la piruleta, ella sola, en la rotonda de la Vía Complutense que emboca al Paseo de la Estación, allí donde no agarraron las palmeras? ¿Eh? ¿Qué tal?
La lengua de la plaza y la plaza de la lengua
La nueva plaza pendiente de urbanizar, que cae encima del nuevo aparcamiento de la Vía Complutense, a espaldas del Instituto Cervantes, debiera llevar el nombre de "Plaza de la Lengua"
y estar presidida por una estatua de Antonio de Nebrija, en cuyas
manos figurara su Gramática Castellana. Nebríja murió en Alcalá y fue
el gran fichaje humanista que Cisneros incorporó a su Universidad,
arrebatándoselo a Salamanca. La plaza tendrá acceso dicen a la ca11e
que lleva su nombre. Si en la casa contigua de Atilano Casado u
Hospital de San Lucas no se supo hacer en su día un Museo de la Lengua como se anunció, bien se podrá hacer, sin embargo, una plaza de la Lengua, que la lengua se hace en la plaza y ése es su museo natural. Alcalá pertenece además al "Camino de la Lengua". Un camino que nace en San Millán de la Cogolla, en un arranque casi balbuciente, y que termina aquí en el esplendor del Siglo de Oro.
Un pueblo
que empieza por BU
La
calle Brihuega sigue ejerciendo de improvisada estación de autobuses.
En el carril de cercanías un autobús azul tiene inclinada la tablilla,
por la que solamente sabemos que su lugar de destino empieza por BU.
Alguien pregunta y los viajeros que esperan sobre la mínima y
peligrosa mediana repasan mentalmente los lugares de cercanías: Meco,
Camarma, Daganzo, Torres... y ninguno empieza por BU. Alguien levanta
la tablilla ante el interés suscitado. Se trata de Bucarest. En Alcalá
de Henares, los autobuses que van a Bucarest salen del andén de
cercanías.
José César Álvarez
Puerta de Madrid, 3.3.2007
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