Cáritas asiste a 7.500 familias
La crisis económica atenaza dramáticamente a los que menos tienen, pero la crisis no llega a los valores humanos y espirituales, que se crecen, si cabe, con la crisis. Esto es lo que pienso, ahora que estoy tomando café con Fernando Martín Sabroso, un maestro jubilado que ha pasado su
vida en Valdilecha, actual Director de Cáritas Diocesana de Alcalá, y
Luis Miguel Villegas, un mocetón capuchino, tocado del hábito de la más
llana normalidad, párroco de Virgen de Belén, en el “Lianchi”, me dice.
Me
interesa lo que hacen. Son gente que está al lado del que no tiene, del
que sufre de carencias, son gente que brega sin ruido en la institución
más antigua del mundo, crucificados a diario por voces sectarias de
recién llegados, destinatarios del odio que se escapa sin disimulo por
ciertas ventanas de TV y de cierta prensa. Hace poco, un sesudo analista
de los males que aquejan al barrio citado, el popular “Lianchi”, metía
en el mismo saco el reparto de metadona y la celebración de misas.Y
estos hombres callan, callan ahora que les doy la oportunidad. Ellos no
saben de nadie que les quiera mal.
–Entre
los proyectos que ahora tenemos en marcha –me ataja Fernando–, puedo
citarte el de acogida y atención de inmigrantes, el programa Laguna de
acogida nocturna a los sin techo, el de visitas y atención a reclusos,
el programa gerontólogico de Brea de Tajo, por el que estamos dando de
comer diariamente a 140
personas en un área de 14 pueblos. Estamos ahora desarrollando un
trabajo con mujeres africanas de distintas procedencias, principalmente
islamistas.
–Y vosotros aprovecháis para convertirlas –dije yo,consciente del exceso.
–Por favor –intervino Luis Miguel–, la
catequesis tiene otro lugar. Estamos en Cáritas, y aquí no se enseña el
Padrenuestro, aquí se hace lo que dice el Padrenuestro, que es
distinto. A estas mujeres se les da aquí clases de idioma y de
integración, una orientación básica para saber buscar trabajo y
relacionarse. Son captadas en los despachos parroquiales. La Diócesis
tiene 93 parroquias, pero son 60 los despachos abiertos, en los que
registramos, en nuestra área, una media de 150 consultas diarias. A
estas mujeres se les da una ayuda condicionada, que quiere decir, “en
principio yo te ayudo, pero a cambio déjate integrar”.
–Llevamos también a cabo –retoma la palabra Fernando– cuatro programas de concienciación para jóvenes a través de los Institutos. Se trata de charlas sobre valores humanos que
despiertan gran interés entre los jóvenes. Muchos terminan colaborando
con nosotros. Piensa que tenemos 250 voluntarios, yo mismo soy uno. Sin
ellos no podríamos llevar a cabo nuestra
principal obra de atención alimenticia, por la que asistimos
periódicamente con tres furgonetas a 7.500 familias necesitadas, y esa
atención lleva consigo la recepción , clasificación y reparto de
alimentos, el seguimiento social, tratando de evitar la “cronificación”,
para así dar oportunidad a nuevas incorporaciones.
–¿Por qué no seguís teniendo el comedor social?
–Aquel comedor que, en efecto, nosotros teníamos –dice Luis Miguel–, era comida que nos servía la Brigada Paracaidista, que hacía comida en exceso para servirla nosotros. La Brigada se marchó y se acabó aquello. Hoy día nosotros carecemos de dinero para acometer unas
instalaciones como hoy se exigen. Nuestra Diócesis es muy pobre.
Nosotros no podemos romper la cadena del frío. Si alguien nos lo
subvencionara como me lo van a hacer a mí con el “Centro de Atención Social San Diego de Alcalá”, sería fenomenal.
–Director, ¿se nota la crisis? ¿Cuáles son las fuentes de financiación?
–En
2010 se ha duplicado la demanda. Para este ejercicio hemos gozado de un
presupuesto de 913.000 Euros, habiendo obtenido 92.000 de las
donaciones voluntarias, 889.000 del IRPF y el resto nos lo aporta la Conferencia Episcopal,
que este año ya nos lo ha doblado. Te puedo asegurar que esto es la
multiplicación de los panes y los peces. Quiero aprovechar la ocasión
–dice Fernando– para dar las gracias a cuantas personas hacen posible
esta gran obra, desde el Obispo y los Vicarios, pasando por los
párrocos, los voluntarios, los donantes… una obra a la altura del deseo
del Obispo en su toma de posesión : “Quiero que la Iglesia sea la posada de los pobres”.
El día 28 de mayo, celebran la Jornada del Voluntariado de Cáritas. La institución es austera con
ellos mismos. Leo en el programa de actos que habrá de traer cada uno
su comida para compartir. Eso sí, Cáritas les dará la bebida y el
postre. Que aproveche.
José César Álvarez
Puerta de Madrid, 28.5.2011
Puerta de Madrid, 28.5.2011
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